Mientras que la noche baja sobre Bahía, las estrellas suben fuera del mar y adornan el cielo como diamantes. El sentarse en la playa aquí en la oscuridad debe seguramente ser uno de los placeres más estimados de mi corazón de dolor. Milton Nascimento mandila de la estereofonia, en la pequeña casa achispada al lado de la playa que he llamado a casa y que bewitched me por años. El sol finalmente fija y me siento en la arena, sintiendo limpiada por la simplicidad de mi vida aquí. Duermo cuando soy cansado, como cuando tengo hambre y mi cuerpo procesado excesivo se adapta con el ritmo del mar y del calor perezoso. Mis vueltas de la piel de oro y en cama en la noche, respiro el aire limpio dulce de la sal del mar de las ventanas abiertas. Mi pelo agita y se encrespa como las ondas, enderezadas no más pero untamed y libera, y soy mismo. La casa se llena de bebidas espirituosas, pero las felices, no me frecuentan, me aman y acarician, porque cuando estoy aquí yo no sienten ninguÌn rasgón para los que me han dejado detrás, porque él parece estar todo alrededor de mí. Llaman a mí y al susurro de los tiempos felices de profundo dentro de mi corazón con los ritmos más apacibles del intento cariñoso. Siguen la llamada de las encantadoras en la playa y llenan mi corazón de memoria agridulce. Sacudiendo de la arena que camino nuevamente dentro de la casa, encienda mis velas para la tarde y mienta en la cama por un momento. Las ondas se estrellan a lo largo de la playa y los pescadores ahora tiran de sus redes adentro. Caminaré pronto abajo a la orilla, tomaré una cesta, y regatearé para mi cena, los pescados regordetes con las frutas del mar y la magia. Los amigos vendrán esta noche reír y perseguir lejos las bebidas espirituosas pero las siento en las paredes y todo alrededor de la pequeña casa. Derriten y fluyen con el reflujo de las mareas y cojo susurros ocasionalmente, una frialdad en el balsámico, aire sospechado coco. Más adelante, dormiré de modo que pueda despertar temprano, hacer un ofrecimiento al mar y al Lemanja, la diosa de todo el que sea fértil y abundante, de modo que ella pueda llevar esta tristeza en mi corazón y bendecirme otra vez con amor. No el amor de un carioca en la playa, que no quiere no más que el gusto dulce de mi piel y deseo, solamente una quién inspirará, aceptar y proteger este corazón dañado los míos. No quiero un cuerpo para el solo más, he intentado eso y los brazos que no aman no están para mi corazón demasiado fácilmente contusionado. Para en esta cama antigua blanca he sabido el amor y la pasión similares cuyo las hojas yo sin aliento. Sé cuál es mirar en el corazón de otro y verdad del amor, para sentir que retroceso del amor dentro de mi vientre nueve meses más adelante, regordete con las horas de amor, pasiones emocionales. He tenido su vida dentro de mí, que entendía y amó el alcohol de mí. Era la madre de sus niños, creada con dulzor y nada pero amor. Y como dormito en la oscuridad, los soplos de la puerta se abren y siento la fuerza de su presencia. Me cogen entre los mundos, crujidos de un entarimado y miento inmóvil. Siento esos brazos alrededor de mí otra vez en mis sueños más estimados. Miento encrespado para arriba en mi lado y él miente deformación y trama detrás de mí, este alcohol cariñoso, apenas pues dormiríamos siempre interwined suavemente, cabiendo junto perfectamente como un rompecabezas intrincado. No oigo nada pero el suspiro del mar y yo queremos dar vuelta alrededor y mirar en sus ojos oscuros, pero sé para dar vuelta alrededor debo romper el encanto. Pues duermo yo lo oigo hablar palabras de amor en eso lengua enredada del inglés, del portugués y del español que era nuestros el propio y ningunos otros sabrían. Nuestras palabras, erótico, amor apasionado, encendidas con deseos puedo nunca olvidar, pero debo aprender dejar para ir. Para mí sé que su alcohol nunca quisiera que estuviera triste y que gritara la manera que hago la mayoría de las noches y está para él y solamente él que nunca he intentado ahogar mi dolor permanentemente. Duermo, despertando al sonido de voces amistosas. Lo van. La mañana siguiente voy a la orilla y tomo conmigo las ofrendas para el mar. Para traer amor y creatividad nuevamente dentro de mi vida, para traer a otro niño hermoso mi manera. Para saber felicidad otra vez al lado del mar, tranquilo y pacífico y dormir con los brazos cariñosos verdaderos alrededor de mí de nuevo, no los de un estimado fantasma que intenta solamente confortarme. Sé que él quiere esto para mí, apenas tanto como sé que cuando viene el tiempo, él me esperará en la encrucijada apenas como él me dejó. Tan un día pronto volveré a esta casa achispada al lado del mar y las bebidas espirituosas no susurrarán a mí más de largo, porque traeré nuevas vida y felicidad a este pequeño hogar y aquí, yo saben, un día que sentiré retroceso de la vida dentro de mí otra vez con las bendiciones de Lemanja y de mis estimadas bebidas espirituosas salidas. Bahía, Bahía MI Coracon.
Sunday, 17 May 2009
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